Biografía
1900
El 3 de diciembre, marcó el inicio de la vida de uno de los cantautores más importantes de El Salvador. Francisco Antonio Lara Hernández, conocido artísticamente como Pancho Lara, nació en la hacienda “La Presa” de Santa Ana.
Sus padres: Capitán Jeremías Lara originario de Santa Ana y Ángela Hernández de Lara, originaria de San Vicente. Fue el menor de 7 hermanos: Raúl, Humberto, Héctor, Rafael, Ofelia y Atilio.1915
Comienza a escribir pequeñas estrofas de canciones de corte infantil, aprende a tocar de forma autodidacta diferentes instrumentos: guitarra, marimba, piano, entre otros.
1905
1922
Durante varios años sirvió como aprendiz de un maestro de sastrería, habiendo aprendido los secretos del oficio estableció su propio taller, a causa de la inundación del río Acelhuate en los Barrios La Vega y Candelaria de San Salvador, perdió su taller de sastrería.
1924
1929
1926
1930
Asistió a unos cursos nocturnos para la formación de maestros rurales que se impartía en el Liceo Moderno, del profesor Francisco Luarca. Desde entonces fue conocido como "Pancho", gracias a Don Francisco que así le llamaba para diferenciarlo de su propio nombre.
1938
Junto con Claudia Lars, eran anfitriones de un programa radial infantil en la radiodifusora YSY.
1950
1940
1968
Se jubila como Maestro rural. Durante más de 25 años se desempeñó como Supervisor de Educación Musical en todo el territorio salvadoreño, impartió charlas en diversas escuelas primarias del Ministerio de Educación en donde siempre compartió con los alumnos su música, escribiendo sus primeras canciones infantiles cuando fue maestro Rural en la escuelita "Flor Amarilla Abajo" de Santa Ana, a la fecha de su retiro se le concedió una exigua jubilación de trescientos colones, insuficiente para sostener dignamente su hogar.
1989
Sus restos se encuentran descansando en el parque memorial La Resurrección, nichos que fueron donados por el mismo Camposanto a Pancho Lara, como reconocimiento a su aporte cultural.
1989
23 de junio, a poco más de un mes de su deceso la honorable Asamblea Legislativa le declara “Hijo meritísimo de la República de El Salvador” en reconocimiento póstumo a sus obras.